Fiesta de la Sagrada Familia

En familia

Donde nos conocemos a fondo, y nos queremos como mejor sabemos.
Donde la casa es historia, hogar y memoria, y la puerta está abierta.
Donde se dicen las cosas más claras.
Donde tienes tu raíz y tu entraña, donde te quitas el maquillaje y te pones las zapatillas.
Pero también donde nos tenemos sin apresarnos, que habrá que volar del nido un día.
Donde no siempre pensamos igual, creemos de distintos modos, y soñamos sueños diferentes porque es la misma sangre pero varios corazones.
Donde a veces hay silencios difíciles, palabras pendientes, donde el amor es asimétrico, porque hay quien da todo y hay quien exige de más y agradece de menos.
En familia, en nuestra carne y nuestra vida, tan humana, quiso nacer todo un Dios.
(José María R. Olaizola, sj)

 

Liturgia del domingo

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La Palabra de Dios se ha hecho carne

«La Palabra de Dios se ha hecho carne». Dios no es mudo. No ha permanecido callado, encerrado para siempre en su Misterio. Dios se nos ha querido comunicar. Ha querido hablarnos, decirnos su amor, explicarnos su proyecto. Jesús es sencillamente el Proyecto de Dios hecho carne.

Su Palabra se ha encarnado en la vida entrañable de Jesús, para que lo puedan entender hasta los más sencillos, los que saben conmoverse ante la bondad, el amor y la verdad que se encierra en su vida.

Esta Palabra de Dios «ha acampado entre nosotros». Han desaparecido las distancias. Dios se ha hecho «carne». Habita entre nosotros. Para encontrarnos con él, no tenemos que salir fuera del mundo, sino acercarnos a Jesús. Para conocerlo, no hay que estudiar teología, sino sintonizar con Jesús, comulgar con él.

Liturgia del domingo

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«Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado…»

Cuando llegas

Llegas, acampas en mi tierra, sacudes mis cimientos, rompes mis fronteras, abres mis encierros.
Llegas, y avivas el hambre de Dios, de verdad, de hermano, de justicia, de vida.
Llegas y sanas heridas añejas y tristezas nuevas.
Llegas, amas mi pobreza, mi ayer entero, el ahora en su calma y su tormenta, el mañana posible.
Llegas y conviertes el sollozo en fiesta la muralla en puerta la nada en poema.
Llegas cargado de Ti, y de otros.
Palabra con mil promesas humanas, eternas.
Llegas, despiertas el amor dormido y te quedas.
(José María R. Olaizola, sj)

 

Liturgia del domingo

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