Bautismo del Señor

Al Viento del Espíritu 

Señor, conduce mi vida al Viento del Espíritu que sopla en todas partes,
libre y haciendo libre a otros.
Al Viento del Espíritu que penetró en Jesús y lo envió a los pobres.

Al Viento del Espíritu que barre los miedos, que alimenta las llamas de la justicia y la liberación
y que es el alma del Reino.
Para que seamos el Viento en el Viento, hermanas y hermanos.
Amén.
(Pedro Casaldáliga

 

Liturgia

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=6832

Se llenaron de inmensa alegría. Vieron al Niño con María y, postrándose, le adoraron; le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.

El relato de los magos ha sido visto por los Padres de la Iglesia como ejemplo de unos hombres que, aun viviendo en las tinieblas del paganismo, han sido capaces de responder fielmente a la luz que los llamaba a la fe. Son hombres que, con su actuación, nos invitan a escuchar toda llamada que nos urge a caminar de manera fiel hacia Cristo.

Nuestra vida transcurre con frecuencia en la corteza de la existencia. Trabajos, contactos, problemas, encuentros, ocupaciones diversas, nos llevan y traen, y la vida se nos va pasando llenando cada instante con algo que hemos de hacer, decir, ver o planear.

Corremos así el riesgo de perder nuestra propia identidad, convertirnos en una cosa más entre otras y vivir sin saber ya en qué dirección caminar. ¿Hay una luz capaz de orientar nuestra existencia? ¿Hay una respuesta a nuestros anhelos y aspiraciones más profundas? Desde la fe cristiana, esa respuesta existe. Esa luz brilla ya en ese Niño nacido en Belén.

Lo importante es tomar conciencia de que vivimos en tinieblas, de que hemos perdido el sentido fundamental de la vida. Quien reconoce esto no se encuentra lejos de iniciar la búsqueda del camino acertado.

Ojalá en medio de nuestro vivir diario no perdamos nunca la capacidad de estar abiertos a toda luz que pueda iluminar nuestra existencia, a toda llamada que pueda dar profundidad a nuestra vida.

 

Liturgia

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=6825

Dejemos que nuestro corazón se sienta penetrado por esa vida de Dios que quiere habitar en nosotros

Nunca te has ido

Detrás de mis planes por encima de mis frustraciones al hondo de mis sueños y deseos tras mi autoimagen exigente y antes que los primeros recuerdos más al centro que mi propio ser estás Tú dándote.
Mi primer aliento fue tuyo mi cuerpo tiene las huellas de tus dedos mi primer latido llevaba tu sangre y mi primer deseo es permanecer a tu lado. Y aunque a veces no te siento y hasta llego a dudar que todo fuera mentira, cuando menos lo espero descubro que nunca te has ido.

 

Liturgia

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=6822