Seguirte, sin reservas…

Señor Jesús, tú no endulzas el camino, no prometes comodidad ni aplausos. Tú miras a la multitud y hablas con verdad: “Quien no carga su cruz, no puede ser mi discípulo.”

Hoy me detengo, como quien calcula el costo de una torre, como quien mide la fuerza antes de la batalla. ¿Estoy dispuesta/o  a dejarlo todo por ti? ¿A soltar incluso lo que más amo, si eso me impide seguirte con libertad?

Enséñame a amar sin poseer, a caminar sin miedo, a renunciar sin tristeza. Que mi cruz no sea símbolo de derrota, sino de entrega, de amor que se da sin condiciones.

Hazme discípula tuya, no por palabras bonitas, sino por decisiones valientes. Que mi vida sea torre construida sobre roca, y mi corazón, campo abierto para tu Reino.

Liturgia del domingo

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=8137