Caminar sostenidos por la fe en él y en su palabra

No es fácil vivir de esta fe desnuda. El relato evangélico nos dice que Pedro «sintió la fuerza del viento», «le entró miedo» y «empezó a hundirse». Es un proceso muy conocido: fijarnos solo en la fuerza del mal, dejarnos paralizar por el miedo y hundirnos en la desesperanza.

Pedro reacciona y, antes de hundirse del todo, grita: «Señor, sálvame». La fe es muchas veces un grito, una invocación, una llamada a Dios: «Señor, sálvame». Sin saber ni cómo ni por qué, es posible entonces percibir a Cristo como una mano tendida que sostiene nuestra fe y nos salva, al tiempo que nos dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudas?».

Liturgia del domingo

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=7405

La transfiguración del Señor

Transfigurar

Transfigurar cada instante con el halo de la belleza. En cada ojo que te mira, saber que se halla oculta una súplica de amor.
Pasar haciendo el bien, acariciando las cosas y los hombres como si fueran una flor o una estrella que nos hubiera nacido entre las manos.
Regalar la sonrisa sin usura y agradecer a todo cuanto existe el hecho de existir.
Hacer de cada día un cuadro de colores alegres, compasivos, cálidos, transparentes y acordados.
Caminar en silencio, con el alma abierta a los cuatro cardinales.
Ser una nota más en el himno grandioso del palpitar pausado de los mundos.
Estar a gusto aquí, en el Tabor glorioso de este instante, y dejar si es posible nuestra huella en la pasión de la palabra justa o en el temblor de la justa pincelada.
(Adolfo Sarabia)

 

Liturgia del domingo

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=7400

¿Cuál es tú tesoro?

La Iglesia no puede renovarse desde su raíz si no descubre el “tesoro” del reino de Dios. No es lo mismo llamar a los cristianos a colaborar con Dios en su gran proyecto de hacer un mundo más humano, que vivir distraídos en prácticas y costumbres que nos hacen olvidar el verdadero núcleo del Evangelio.
El Papa Francisco nos está diciendo que “el reino de Dios nos reclama”. Este grito nos llega desde el corazón mismo del Evangelio. Lo hemos de escuchar. Seguramente, la decisión más importante que hemos de tomar hoy en la Iglesia y en nuestras comunidades cristianas es la de recuperar el proyecto del reino de Dios con alegría y entusiasmo.

 

Liturgia del domingo

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=7395