Jueves Santo

Humíllate conmigo 

Tú, Jesús humilde, nunca me has dicho: humíllate ante mí, dobla la cabeza, el corazón, la vida, y esparce sobre tu rostro luto y ceniza.
Tú me propones: levanta la mirada, y acoge la dignidad de hijo en toda tu estatura.
Humíllate conmigo y vive en plenitud.
Bajemos juntos a la hondura sin sol de todos los abismos, para transformar los fantasmas en presencia y los espantos en apuesta.
Únete a mi descenso en el vértigo y el gozo de perdernos juntos en el porvenir de todos sin ser un orgulloso inversor
de éxitos seguros.
(Benjamín G. Buelta sj)

 

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