Dame, Señor, tu vida en abundancia

En tu abismo, quiero lanzarme y quiero habitar. En tu abismo, me dejo abrazar y contener. En tu abismo, todo mi ser se llena de vida vaciándome. En tu abismo, Vos mismo te fuiste descubriendo.

Sentado a la derecha del último para desde allí volver a recrear, para volver a recrearnos. Todo está cumplido en el abandono, la entrega y la confianza. Donde la Palabra se llena de silencios para parir libertades.

Libertades que nos nombran, que nos hacen ser. Tu abismo es el Camino, es la puerta estrecha. Tu abismo es el amanecer que hace nuevas todas las cosas y a nosotros también.
(Marcos Alemán, sj)

Buen Pastor

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