La tentación va a estar siempre ahí, como manzana o como piedras que se convierten en pan;
como aplauso buscado desde la cornisa del mundo o como rodilla que se dobla ante la promesa de un ídolo malvado.
Siempre va a estar ahí, buscando mi hambre y mi sed, conociendo dónde piso, ofreciéndome novedad en el vergel y consuelo en las grietas de mis desiertos.
Lo humano es ser tentado, lo de Dios lo puedes encontrar en tu interior.
(José de Pablo, sj)
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