He venido a prender el fuego del amor en el mundo			        
		
			    
    
				
				
							
										
						
El amor verdadero está en la fuente de cuanto ilumina y enardece nuestro ser. El amor hace crecer, da vigor y sentido a nuestro vivir diario, nos recrea.
Cuando falta el amor, falta el fuego que mueve la vida. Sin amor la vida se apaga, vegeta y termina extinguiéndose. El que no ama se cierra y aísla cada vez más.
El amor está en el centro del evangelio, no como una ley a cumplir disciplinadamente, sino como un «fuego» que Jesús desea ver «ardiendo» sobre la tierra más allá de la pasividad, la mediocridad o la rutina del buen orden. Según el profeta de Galilea, Dios está cerca buscando hacer germinar, crecer y fructificar el amor y la justicia del Padre. Esta presencia del Dios amante que no habla de venganza sino de amor apasionado y de justicia fraterna es lo más esencial del Evangelio.
 
								 
		
			    
    	 
 
Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=3747