Y nos ponemos en camino…

dom 14Cuando nos acercamos al Evangelio, en este domingo, sabemos de antemano que el anuncio del mensaje de Jesús conlleva (sobre todo en estos tiempos que nos toca vivir) no precisamente distinción, privilegio, clase, sino todo lo contrario: rechazo. El que pretenda lucir hoy una medalla en su pecho, el camino del Evangelio, no es precisamente un pódium para conquistarla ni merecerla a los ojos de la sociedad. Pero Jesús, que siempre tiene palabras de ánimo, nos orienta y empuja de nuevo hacia la misión. ¡Poneos en camino!

Muchos intentarán que os quedéis quietos. Que vuestros criterios queden sepultados en el olvido. Responded con la fuerza de vuestras convicciones más profundas: lo que no hagáis nadie lo hará por vosotros ¡Mirad que os mando como corderos en medio de lobos! Pensaréis que muchos estarán con vosotros y, luego, os daréis cuenta que viven de espaldas con lo que dicen creer.

QUISIÉRAMOS SER, SEÑOR

Altavoces de tu Palabra, allá donde, tal vez, no seas conocido en aquellos rincones donde, tal vez, seas despreciado o ignorado ¡No somos dos, Señor! ¡Somos muchos más!

Pero, no siempre, tenemos el valor suficiente: Para dar razón de tu presencia para ser tus testigos con todas las consecuencias ¡Ayúdanos, Señor, a ponernos en camino!. Sin más amparo que el ancho cielo, sin más apoyo que tu Espíritu, sin más riqueza que la Eucaristía, sin más aliento que tu Palabra.

QUISIÉRAMOS SER, SEÑOR

Reflejo de tu amor, valor y de tu paz llevando al mundo esperanza e ilusiones a los hombres que no la tienen. Aportando coraje donde exista debilidad y caridad, donde surja la pobreza. Tu Reino, donde reine la injusticia y tu vida, donde hable demasiado la muerte.

 

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