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Dic 09 2016
Curar heridas…
Ten paciencia, tú que escuchas, hasta mi venida. Mucha gente espera. Espera el labrador a que la tierra dé fruto. Espera la mujer embarazada, descubriendo cada cambio en su cuerpo, y anticipando la vida en ciernes. Espera el estudiante el resultado de su trabajo. Espera quien no ve salida, resistiéndose a rendirse, confiando en que al final del túnel habrá una luz. Ten paciencia también tú y mantente firme, porque la venida del Señor está cerca. No te quejes de los demás, pues si vives en estado de queja constante, terminarás encerrándote en una prisión de tristeza y amargura. Mira que yo soy juez, y estoy cerca.
Fíjate en los profetas. Ellos son un ejemplo de sufrimiento y de paciencia. Ellos, y tantos hombres y mujeres que, como ellos, en distintas épocas, hablaron en nombre del Señor, proclamando su reino, anunciando su justicia, compartiendo su consuelo.
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Dic 06 2016
Seguir a Jesús con alegría y confianza, como María
«Darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús». También a nosotros, como a María, se nos confía una misión: contribuir a poner luz en medio de la noche. No estamos llamados a juzgar al mundo sino a sembrar esperanza. Nuestra tarea no es apagar la mecha que se extingue sino encender la fe que, en no pocos, está queriendo brotar: Dios es una pregunta que humaniza.
Desde nuestras comunidades, cada vez más pequeñas y humildes, podemos ser levadura de un mundo más sano y fraterno. Estamos en buenas manos. Dios no está en crisis. Somos nosotros los que no nos atrevemos a seguir a Jesús con alegría y confianza.
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