¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven Espíritu de la verdad!

Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndido. Luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo.

Ven, Dulce Huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo. Lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito,guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

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Puedes sentirlo – Pentecostés, Ciclo B.

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Id y pregonad el Evangelio por todas partes

Los evangelistas describen con diferentes lenguajes la misión que Jesús confía a sus seguidores. Según Mateo, han de «hacer discípulos» que aprendan a vivir como él les ha enseñado. Según Lucas, han de ser «testigos» de lo que han vivido junto él. Marcos lo resume todo diciendo que han de «proclamar el Evangelio a toda la creación».

Quienes se acercan hoy a una comunidad cristiana no se encuentran directamente con el Evangelio. Lo que perciben es el funcionamiento de una religión envejecida, con graves signos de crisis. No pueden identificar con claridad en el interior de esa religión la Buena Noticia proveniente del impacto provocado por Jesús hace veinte siglos.

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Disfrutar de la vida, siguiendo sus pasos

La alegría de Jesús es la de quien vive con una confianza limpia y condicional en el Padre. La alegría del que sabe acoger la vida con agradecimiento. La alegría del que ha descubierto que la existencia entera es gracia.

Pero la vida se extingue tristemente en nosotros si la guardamos para nosotros solos, sin acertar a regalarla. La alegría de Jesús no consiste en disfrutar egoístamente de la vida. Es la alegría de quien da vida, y sabe crear las condiciones necesarias para que crezca y se desarrolle de manera cada vez más digna y más sana. He aquí una de las enseñanzas clave del Evangelio. Sólo es feliz quien hace un mundo más feliz. Sólo conoce la alegría quien sabe regalarla. Sólo vive quien hace vivir.

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