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Ene 29 2022
Nadie es profeta en su tierra
El profeta en su tierra
Nadie es profeta en su patria y, sin embargo, hay que serlo.
Hay que levantar la voz para gritar que es posible desmantelar los rencores, desconectarse del odio,
y acostumbrarse al silencio, antesala de palabras que han de romper los candados que separan y dividen.
Hay que regresar a casa y remover certidumbres, desenmascarar las inercias, mostrar que hay otros caminos para celebrar la vida.
Basta ya de laberintos en que se gastan los días inventando recorridos que a ningún lugar conducen.
Basta de duelos estériles entre esgrimistas de versos que conocen los discursos pero ignoran el amor.
Y aunque ataquen al profeta, por mostrar, en su retorno, que otra mirada es posible, seguirá plantando cara, porque lleva dentro el fuego que en su entraña puso Dios.
(José María Rodríguez Olaizola, sj)
Liturgia
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Ene 22 2022
Ungidos para anunciar la Buena Nueva
Jesús de Nazaret
Eres pan universal que bajaste del cielo subiendo desde el surco, y eres levadura inquieta, disuelves eternidad entre la harina y llenas la vida de preguntas.
Eres horizonte que nos llama hasta lo más hondo del deseo desde la creación en ti reconciliada, y eres camino que se estrena en el sendero más pequeño que te busca saliendo de sí mismo.
Eres fuego inextinguible que nos hace luz en ti y nos quema lo que estorba, y eres el agua de la vida que mana sin prisas en mi pozo y alienta rostros y desiertos.
Eres el viento impetuoso que hincha las velas de audacia sobre el mar encrespado de amenazas, y eres brisa suave y tierna que se sienta en el fondo de mi barca y acaricia la piel arada de salitre.
(Benjamín G. Buelta, sj)
Liturgia
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Ene 15 2022
«Vino bueno», capaz de reavivar el Espíritu
Caná
Haced lo que él os diga y convertiréis el pozo gris en puerta de color, el rescoldo en hoguera, el balbuceo en canto, la borrasca en fiesta.
Haced lo que él os diga, o, mejor aún, lo que él haga.
No os conforméis con el sí de los borregos, el quizás de los vacilantes, o el no de los descontentos.
Vuestro sí ha de ser pasión. Vuestra duda, compromiso.
Vuestra negación, profecía. Llenad con agua las tinas que han de saciar la sed de este mundo desquiciado.
Que se convierta en vino de locura para los aburridos, cordura para los exaltados, seguridad para los afligidos, vacilación para los arrogantes. Brindaremos, al fin, en la mesa de todos, que el mismo Dios prepara desde que encendió la luz por vez primera.
(José María R. Olaizola, sj)
Liturgia
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