La mies es mucha…

Los «obreros» de los que habla Jesús son los misioneros del Reino de Dios. Su tarea es anunciar un mensaje de salvación dirigido a todos. …No sólo lo hacen los misioneros que van a tierras lejanas, sino también nosotros, misioneros cristianos que decimos una palabra buena de salvación. …Jesús ha «acercado» a Dios a nosotros; en Jesús, Dios reina en medio de nosotros, su amor misericordioso vence el pecado y la miseria humana. 
Ésta es la Buena Noticia que los «obreros» deben llevar a todos: un mensaje de esperanza y de consolación, de paz y de caridad. Jesús, cuando envía a sus discípulos para que lo precedan en las aldeas, les recomienda: «Digan primero: «¡Que descienda la paz sobre esta casa!»… «Curen a sus enfermos».
Todo ello quiere decir que el Reino de Dios se construye día a día y ofrece ya en esta tierra sus frutos de conversión, de purificación, de amor y de consolación entre los hombres. Construir día tras día este Reino de Dios que se va haciendo. No destruir, construir. El discípulo  deberá tener conciencia de la realidad difícil y a veces hostil que le espera. «Yo los envío como a ovejas en medio de lobos». La hostilidad que está desde siempre, desde el comienzo de las persecuciones de los cristianos, porque Jesús sabe que la misión está obstaculizada por la obra del maligno.
Liturgia del domingo

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