Llamados a ser comunidad

“La acogida y la apertura a los demás, lejos del miedo que sólo nos lleva a ver riesgos y peligros, son una oportunidad para descubrir el rostro de Dios en cada hermano y hermana, para celebrar en comunión los dones y riquezas que nos regala a cada uno para poner al servicio de la construcción del bien común que es de todos”.

Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos.

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