Un Dios que comparte nuestros dolores

Ni el poder de Roma ni las autoridades del Templo pudieron soportar la novedad de Jesús. Su manera de entender y de vivir a Dios era peligrosa. No defendía el imperio de Tiberio, llamaba a todos a buscar el reino de Dios y su justicia. No le importaba romper la ley del sábado ni las tradiciones religiosas, solo le preocupaba aliviar el sufrimiento de las gentes enfermas y desnutridas de Galilea.

Continuar leyendo

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=5097

Tierra de acogida – Domingo de Ramos, Ciclo B

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=5095

Atraídos por el crucificado

Jesús hizo de su muerte signo de su amor por nosotros. Y su muerte se convirtió en signo de vida. Su muerte es el grano de trigo que muere y, al morir, da mucho fruto. Su muerte es ya resurrección para todos porque al ser elevado en la cruz, atrae a todos hacia él. La cruz, signo de muerte, se transforma en signo de vida. El signo que muchos cristianos llevamos colgado de nuestro cuello es signo del triunfo de la vida, de la alianza de Dios con nosotros, de nuestra esperanza en el que al morir nos regaló la vida.

Continuar leyendo

Enlace permanente a este artículo: https://www.divinomaestro.com/?p=5089